Un dormitorio moderno amplio e iluminado, aun cuando sus paredes son de color gris oscuro. Me encanta el uso de obras de arte tanto en la cabecera como las paredes.
Este dormitorio pertenece a la casa escultura de Joaquín Torres. Las estancias de la casa-escultura están cuidadas hasta el último detalle. Es un compendio de todas las características del lenguaje habitual del estudio A-cero: desde la belleza contundente y elegante al estilo moderno.
El dormitorio principal tiene, como todas las habitaciones, vistas a la piscina exterior y el jardín.
Para amueblarlo, se ha ideado una gran pieza curva lacada que aloja la cama y las mesillas e improvisa un pequeño dosel. En el cabecero, una obra de la coreana Ki Bong Rhee. El otro cuadro es de Darío Urzaiz. Dos butacas Barcelona en rojo, editadas por Knoll, ponen una nota de fuerte contraste.
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